El Renacimiento Mexicano

El Renacimiento Mexicano, más que un enfrentamiento solemne ante esta realidad, es una expresión de vitalidad, el renacer no se va a detener, porque está vivo en nuestras venas, como está vivo en los corazones latinoamericanos.

El Renacimiento Mexicano es aprender a vernos como civilización, por lo mismo, no apunta a la promoción de egos personales, es tender a la cooperación, a saber que nadie está bien si no están bien los otros; no es un movimiento ideológico, ni religioso, no es una idea del intelecto aunque no lo excluye, es un latido del corazón de la vida, latido ante el que creo, todos nos rendimos… por eso asevero: “primero la biología y luego la ideología”.

Es un rumor de la tierra

Es un silbido del viento

Como canto transparente

De las aguas y del fuego

La actual crisis mundial se puede ver como una oportunidad para el despertar humano, en nuestro caso, habitar el renacimiento mexicano y planetario es vivir esa oportunidad, en lo personal, sin repetir sórdidamente el dolor en nuestro entorno.

Toda civilización planetaria en su desarrollo pasa por lo menos por cuatro  etapas: expresión, experimentación, integración y trascendencia. Según mi apreciación, estamos tejiendo la tercera etapa que es la integración para lograr la trascendencia.

Estamos conscientes de que hay un sistema de vida planetario que genera sufrimiento, el sistema está basado en el dinero como deuda y no en el dinero como servicio. De ahí que el poder se expresa en recursos económicos, la humanidad sirve a esta economía, es decir, no tenemos una economía que sirva a la humanidad.

Ya hay estudios económicos en nuestro presente, para transitar a una economía basada en recursos, en los recursos palpables y tangibles de cada región y no en especulaciones financieras que es lo que hoy vivimos.

A lo que nosotros llamamos “turbar la degradación” en el planteamiento del libro de César Daniel González Madruga y Witzilin Morales Ortiz, es a trabajar en la recuperación de la dignidad humana.

En conceptos del diccionario “degradación” es la disminución de la dignidad de las personas, o bien la disminución de su categoría moral; el mismo ensayo ofrece como alternativa la dignificación del espíritu, porque el espíritu se porta, se lleva en el corazón y entonces transforma.

Si el espíritu transita una senda degradada, puede aludir al recuerdo de sí para transmutar realidades.

Por eso es que te invitamos a

Que te pongas en espejo

Con pies firmes en la tierra

Para pintar este lienzo

Como humanidad, hemos pasado por todas y hemos tocado fondo… Una civilización consciente hecha de millones de individuos se pondría en un espejo para trascender, por eso buscamos la unificación.

Unificación es trascendencia ¿cómo sembrarla?

Yo digo que es no hacer lo que ya sabemos que no funciona, y lo que no funciona es la imposición del pensamiento único convertido en norma… no funciona porque conduce a la guerra, no funciona competir, porque en cualquier competencia hay muchos perdedores y pocos ganadores, de ahí la desigualdad y la pobreza.

Los vicios conductuales de una sociedad se traducen a lo individual. Funciona hacerse responsable de los propios vicios, porque, como decía, lo social es personal y viceversa, y nadie, al final, le puede resolver la visión al otro.

Yo puedo caminar mi renacer

Sendero del autodescubrimiento

Mis luces y mis sombras se vislumbran

Porque saber de mi, es mi privilegio

Ese es el concepto de guerrero en la toltequidad y en muchas de las grandes culturas indígenas de toda América, hay otros conceptos de guerrero flotando en el entorno, si; pero no voy a aludir a que vencer a los demás tiene que ver con renacer, la fase a la que queremos acceder es la integración.

No hay trascendencia sin integración, en el ámbito de lo personal. Integrarte es saberte, aceptarte, y en todo caso, si te estorbas, romperte… la vida no tiene prisa, pero creemos, en Renacimiento Mexicano que es el momento.

Hablamos de dignificar al espíritu, porque México posee en sus huellas una gran cultura, tomando como cultura: el cúmulo de respuestas que da una comunidad ante la vida; en nuestra cultura, se han manifestado alturas del espíritu humano, desde la postura frontal al reconocimiento de la muerte (como es el día de muertos) hasta el gusto por el alimento como manifestación de gozo, el alimento es vida; con estos dos ejemplos vemos a eros y tanatos asumidos en la cotidianidad de nuestras costumbres. Tenemos como cultura, grandes recursos.

Es por lo dicho que en Renacimiento Mexicano asumimos la intención de florecer; atendiendo a varios pétalos de desarrollo, como es, decía yo,  nuestra cultura.

Otro pétalo fundamental es la educación. Pero una educación que forme  personas, no que las domestique… entonces, yo partiría de conceptos desarrollados por grandes héroes del pensamiento como Ovide Decroly, quien declaró con respecto a la escuela “aprender a pensar, no lo que se debe de pensar”… y Sócrates, quien dijo “educar no es llenar un recipiente, es encender una llama”.

Si el ámbito educativo

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El camino es hacia la paz, la construcción de la unidad mundial requiere creatividad, del arte de la cocreación, la creatividad es arte y ciencia.

La palabra “tolteca” en lengua náhuatl significa “artista”, todos absolutamente todos somos artistas y tenemos la facultad de la creatividad.

En lo personal planteo que un autentico mexicano, al final dejará de afirmarse como tal, para reconocer a la humanidad como única nacionalidad.

Decía don Pedro Calderón de la Barca que “la vida es sueño”, si es así, cada cual vive su sueño, cuando nos miramos nos sabemos, somos el sueño planetario y nada de lo que afirmamos es tan cierto como para separarnos.

El sueño para saber que todos somos el otro, y que de nosotros depende no convertirlo en pesadilla, sabiendo que pisamos una tierra madre que está viva.

Únanse a la página, la de los ejemplares humanos interesados en esta integración planetaria, que tiende a la trascendencia.

A nombre de todos mis compañeros.

Muchas gracias.

Enrique Quezadas Luna